lunes, 28 de diciembre de 2015

El Renacido (The Revenant, Alejandro González Iñárritu, 2015)



El mexicano Alejandro González Iñárritu es un director que, tras una ópera prima muy buena, Amores Perros (2000), dio el salto a Hollywood con 21 gramos (2003) y junto con este título más Babel (2006) y Biutiful (2010) se convirtió, por así decirlo, en el portavoz oficial del cine que muestra el dolor existencial e interno de los personajes, hasta un extremo, a veces, difícilmente creíble. Sus cintas se sostenían, sobre todo, por unas actuaciones bastante buenas de sus (por otro lado, excelentes) actores, que además se prestaban  a sus filmes porque esos papeles suelen ser carne de premios.

Y tras Biutiful (2010), pareció que su estilo y temáticas llegaba a su final, más que nada por propio agotamiento. Pero Iñárritu es un tipo listo, y fue consciente de esta situación, por lo que dio un giro a su carrera con Birdman (o la inesperada virtud de la ignorancia) (2014), una comedia que, en el fondo, no era más que una enorme y salvaje adulación a la profesión de actor, pero que que le supuso a nivel personal, entre otros premios, 3 Oscar a la Mejor Película, Mejor Director y Mejor Guión Original, más otro Oscar a la Mejor Fotografía para su compatriota Emmanuel Lubezki (que venía de ganar su primer Oscar el año anterior por Gravity), que se sacó de la manga uno de los experimentos formales más fascinantes de los últimos años: la película estaba rodada como si fuera un plano secuencia, falso, por supuesto, pero estaba fotografíado y rodado como Dios, y ese fue otro acierto de Iñárritu: apoyarse en su compatriota para dar empaque visual a su historia.

Y en estas llegamos a finales de este 2015 e Iñárritu nos presenta The Revenant (o El Renacido, como se conocerá en España cuando se estrene el próximo Febrero de 2016), una adaptación de la novela homónima de Michael Punke, que narra la historia de Hugh Glass, un trampero  a principios del siglo XIX por la zona de Yellowstone, que tras sobrevivir al ataque de un oso grizzly, es abandonado en el bosque por sus compañeros y al sobrevivir, emprende su regreso para vengarse de quienes le abandonaron.

Cine de aventuras puro y duro. Y encima en un marco geográfico increíble.

E Iñárritu no decepciona. Pero teniendo presente algunas matizaciones.

Porque lo que representa este The Revenant, a nivel formal, es un trabajo espléndido. La fotografía de Lubezki es maravillosa, por composiciones y dificultad técnica a la hora de trabajar con la luz natural y poder recrear las secuencias, algunas planos-secuencias, y otras planos muy largos con multitud de acción. Este trabajo supone la antítesis de Gravity, por ejemplo, donde casi todo era CGI (y no por eso deja de ser una fotografía espectacular, ojo), y algo que en el Hollywood mainstream no he visto en muchos años: si no está toda la cinta rodada con luz natural, entonces, el trabajo de Lubezki es aún más grande. Toda la película es, a nivel visual, de una belleza apabullante. citar alguna secuencia como ejemplo me parece una tontería, porque no sabría cual poner y cual dejar como ejemplos. 

Iñárritu opta por un tono marcadamente físico y crudo a la hora de narrar la historia. El nivel de violencia es muy alto, y muy explícita. Igual es algo buscado a propósito, pero la belleza de las imágenes choca (y mucho) con la crudeza del relato. Es más, lo basa todo en un realismo extremo, y a la vez, juega con un lirismo que no hace más que chocar aún más con la crudeza de la historia, con una subtrama sobre el pasado del personaje de Glass. La odisea de este personaje, que lo vacía aún más, es épica de verdad, no sólo por el trasfondo de la historia, sino que el marco geográfico también influye y ayuda a ese sentimiento y sensación de algo bigger than life, de algo que merece ser visto en la pantalla grande.

DiCaprio hace un tour de force en esta película absolutamente bestial. Lo basa todo en lo físico, y se nota que cree en la historia y en su personaje. Lo da todo, consciente de que, si bien no es su última oportunidad para conseguir el premio, es un papel, que sin ser del gusto completamente de la Academia (poco diálogo), sí que tiene muchas más posibilidades que, por ejemplo, con su maravillosa interpretación de Jordan Belfort en El Lobo de Wall Street (The Wolf of Wall Street, Martin Scorsese, 2013) o la que llevó a cabo con el personaje de Calvin Candie (espectacular cómo abordó ese personaje) en Django Desencadenado (Django Unchained, Quentin Tarantino, 2012). Su Glass en The Revenant es un ser vacío, tanto por traumas anteriores a las aventuras que le ocurren en la película como por lo que le ocurre durante la historia. Se comporta como un espíritu que vuelve del más allá, y hasta que no consiga su venganza no se detendrá ante nada ni ante nadie.
El antagonista de Glass s el personaje de Fitzgerald, interpretado por Tom Hardy de manera muy, muy convincente, y eso a pesar que su personaje no es el más agraciado en cuanto a guión, ya que está definido con dos pinceladas no muy sutiles, pero Hardy también se lanza al vacío y aborda su interpretación desde el lado físico. Quizás se Fitzgerald uno de los eslabones más flojos de la cinta, por cuanto parece ser que su único objetivo a nivel narrativo no es más que ser el enemigo a batir, pero como digo, la interpretación de Hardy hace que nos olvidemos de esos aspectos y disfrutemos de su trabajo.

Como he comentado antes, visualmente, en cuanto a fotografía, planificación y dirección, la cinta es magnífica. Un paso adelante, donde la integración de los efectos visuales ha dado un paso de gigante para la realización de secuencias impactantes, como el ataque del oso a Glass, la batalla de la primera secuencia o el salto por el desfiladero de Glass con el caballo, que han permitido una fluidez en la narración sencillamente epatante, que deja al espectador con la boca abierta. En este punto, Iñárritu, Lubezki y Jack Fisk (Diseñador de Producción).

La música de Ryuichi Sakamoto es completamente atmosférica, no narrativa, en un claro ejemplo de que Iñárritu es muy posible que haya tenido a Malick en la cabeza a la hora de abordar esta película, aunque sin llegar a los extremos narrativos de éste último.

The Revenant es una películas de aventuras y de búsqueda de venganza. Sí, su texto es sencillo, pero no simple, y su acabado formal es insuperable.

Una aventura visceral. 

Una muy buena película.


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